Collabs de lujo: por qué las marcas están reviviendo colecciones icónicas del pasado

El lujo también mira hacia atrás. Mientras la industria global de la moda de alta gama cerró 2024 con una facturación de 1.5 billones de euros (una leve contracción del 2%, según Bain & Company), las marcas están apostando por una fórmula infalible: nostalgia y exclusividad. Las reediciones de colecciones icónicas —en colaboración con artistas y diseñadores— se convirtieron en el nuevo anzuelo para un consumidor que valora tanto la historia como la autenticidad.
El ejemplo más comentado es el revival del Monogram Multicolore de Louis Vuitton junto a Takashi Murakami, un símbolo absoluto de los años 2000 que vuelve a escena con fuerza pop. No se trata de una mirada romántica al pasado, sino de una estrategia comercial que apela a la emoción y refuerza los valores del lujo: legado, rareza y pertenencia.
“Las colaboraciones que rescatan colecciones del pasado generan una respuesta emocional en los consumidores, especialmente en generaciones que crecieron viendo estas piezas como objetos de deseo”, señala Luis Alejandro Morales, Executive Director de another, agencia regional de comunicación estratégica. “Además, refuerzan la narrativa de exclusividad y herencia, fundamentales en el universo del lujo”, agrega.
La idea es clara: no se venden solo productos, se venden historias. Y cuando esas historias están firmadas por casas con siglos de legado, el deseo se dispara.
El arte como aliado
La fusión entre arte y moda ya no sorprende. Desde Gucci junto a Dapper Dan hasta Dior con KAWS, las collabs se han convertido en una plataforma creativa y comercial poderosa. En ese mix, las reediciones de piezas icónicas tienen un doble impacto: reafirman el ADN de marca y seducen al consumidor contemporáneo con una reinterpretación cuidada.
Entre las más destacadas de los últimos tiempos:
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Louis Vuitton x Takashi Murakami: el regreso del Monogram Multicolore que definió una era.
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Balenciaga: relanzó en 2024 su Motorcycle City Bag, ícono absoluto de los 2000, revalorizado con estética grunge-chic.
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Revivals noventosos: mocasines chunky, alpargatas, y accesorios que vuelven aggiornados y con sello deluxe.
¿Tendencia pasajera o estrategia sólida?
Todo indica que esta apuesta no es solo un revival caprichoso. En un mercado donde diferenciarse es más complejo que nunca, las reediciones limitadas con storytelling potente se transforman en activos de marca. Y para una generación que creció rodeada de internet, vintage is the new luxury.
La nostalgia, cuando se ejecuta con visión, no es un escape: es un puente entre pasado y futuro.